92. MI REDENTOR, EL REY DE GLORIA

1. Mi Redentor, el rey de gloria,
que vive yo seguro estoy.
Y da coronas de victoria;
a recibir la mía voy.

CORO:
Que permanezca no pidáis,
entre el bullicio y el vaivén.
El mundo hoy dejar quisiera,
aún cuando fuese cual Edén.
La cita, nada más, aguardo,
que el Rey me diga: ¡Hijo ven!

2. En mi Señor Jesús confío,
su sangre clama a mi favor.
Es dueño Él de mi albedrío,
estar con Él es lo mejor.

CORO:
Que permanezca no pidáis,
entre el bullicio y el vaivén.
El mundo hoy dejar quisiera,
aún cuando fuese cual Edén.
La cita, nada más, aguardo,
que el Rey me diga: ¡Hijo ven!

3. De tanto amor me maravillo
y no me canso de admirar.
Me libertó de mi peligro,
sufriendo todo en mi lugar.

CORO:
Que permanezca no pidáis,
entre el bullicio y el vaivén.
El mundo hoy dejar quisiera,
aún cuando fuese cual Edén.
La cita, nada más, aguardo,
que el Rey me diga: ¡Hijo ven!

4. Consuélome en su larga ausencia,
pensando: Pronto volverá.
Entonces su gloriosa herencia
a cada fiel Jesús dará.

CORO:
Que permanezca no pidáis,
entre el bullicio y el vaivén.
El mundo hoy dejar quisiera,
aún cuando fuese cual Edén.
La cita, nada más, aguardo,
que el Rey me diga: ¡Hijo ven!

MI REDENTOR, EL REY DE GLORIA

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