38. DEJÉ TODAS MIS CUITAS

1. Dejé todas mis cuitas a Jesús
y clavó mis pecados en su cruz.
El magnífico día que por fe
en la cruz por salvarme le miré.
Él, la carga terrible
de mis hombros quitó
y su voz apacible mi dolor disipó.

2. Dejé todas mis cuitas al Señor
porque quita a las penas su amargor.
Y las lágrimas dora del mortal
con su tierna mirada celestial.
El desierto miramos
que se torna vergel
cuando peregrinamos
apoyados en Él.

3. Dejé todas mis penas al Señor,
de mí, siempre benigno, protector.
En el seguro puerto al fin anclé
y reposo en sus aguas encontré.
Tengo en Él mi consuelo,
es mi guía y mi luz
y vivir en el reino,
es vivir con Jesús.

4. Acude con tus cuitas al Señor,
alma martirizada del dolor.
A su lado la dicha lograrás
y librada de angustias vivirás.
En su seno Divino hay lugar para ti
y seguro destino, alma, tienes allí.

DEJÉ TODAS MIS CUITAS

Volver