144. SALMO 131
Jehová no se ha envanecido
mi corazón,
ni mis ojos se enaltecieron;
ni anduve con grandezas,
ni en cosas para mí
demasiado sublimes.
En verdad que me he comportado
y he acallado en mi alma,
como un niño destetado
de su madre,
como un niño destetado
está mi alma.
Espera, oh Israel, en Jehová.
Desde ahora y para siempre.
SALMO 131