147.- La mano de Dios
A dónde volveré mis ojos oh Señor
para esperar ayuda,
de quién sino de Ti,
sustento me vendrá
en horas de aflicción.
En sombras o en luz,
envuelto en la quietud,
si oro me sustenta,
en paz o en aflicción,
la mano de mi Dios me da seguridad.
CORO:
Dame tu mano,
toma la mía Dios amado,
cuando estoy débil
se hace más fuerte tu poder.
Tú compañía y tu calor divino amado
me lleva al reino donde un día te veré.
Riquezas y poder, fama y celebridad
rasguñaban mis manos,
tratando de alcanzar
lo que podían mirar
como supremo ideal.
Pero al mirarte a Ti,
de pronto comprendí
que estaba equivocado.
Un mundo descubrí,
más allá de la luz
donde sangró tu mano.
CORO:
Dame tu mano,
toma la mía Dios amado,
cuando estoy débil
se hace más fuerte tu poder.
Tú compañía y tu calor divino amado
me lleva al reino donde un día te veré.
147.- La mano de Dios